La adivina de Endor
¿Acaso no sabe usted lo que ha hecho Saúl? -Respondió la mujer-. ¡Ha expulsado del país a los adivinos y a los hechiceros! ¿Por qué viene usted a tenderme una trampa y exponerme a la muerte? -¡Tan cierto como que el Señor vive, te juro que nadie te va a castigar por esto! -contestó Saúl. 1 Samuel 28:9,10.
Cuando abandonamos a Dios y nos sentimos desesperados, conseguimos actuar de una manera tan absurda que da pena. Saúl tiene miedo de los filisteos. Busca orientación divina, y no la encuentra. Pide que lo lleven a hablar con una adivina, perteneciente al grupo de personas que él mismo había expulsado del país. Se disfraza para ir hasta el lugar del encuentro con esta médium, y una vez allí le promete en el nombre de Dios que no la va a castigar.
La adivina de Endor vivía en el territorio de Manasés. Dentro de la tierra de Israel. O se había escondido muy bien o contaba con la protección de alguien. Guardar un rinconcito de nuestro corazón para el enemigo es la puerta de entrada que él necesita para tomar el control de toda nuestra vida.
Saúl no necesitó ir a territorio enemigo para pecar. Nosotros, tampoco. El pecado no mora en tal o en cual lugar. Al error no lo vamos a encontrar solo en ciertos lugares; en nuestro propio territorio podemos encontrarlo. En tu propio corazón. No necesitamos ir al cine para mirar una película que no deberíamos mirar. No necesitamos ir a un baile para escuchar música que no deberíamos escuchar. No necesitamos ir a templo pagano para adorar a un dios que no sea nuestro Dios.
El encuentro con la pitonisa de Endor. Un instrumento en las manos del enemigo de Dios, fue el momento final en la experiencia religiosa del primer rey de Israel con el Dios de Abraham. No creo que hayas llegado a ese punto en tu vida espiritual; si fuera así. no estarías leyendo estas meditaciones.
De cualquier manera, está atento a los rincones más alejados de tu mente y de tu corazón. Endor puede estar allí, en aquel espacio oscuro que todavía no le entregaste a Jesús.
Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2014
“365 Vidas”
Por: Milton Betancor
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