Jetro
Entonces Moisés le dijo al madianita Hobab hijo de Reuel, que era su suegro: Estamos por partir hacia la tierra que el Señor prometió darnos. Ven con nosotros. Seremos generosos contigo, ya que el Señor ha prometido ser generoso con Israel. Números 10:29.
Jetro (Reuel o Raguel, ya que es la misma palabra en el idioma original) fue suegro de Moisés. Un suegro muy diferente de Labán, por ejemplo.
Mientras este robaba, mentía, complicaba las relaciones con su yerno, tanto que Jacob y su familia huirían de su presencia; aquel era tan medido, cauto y ponderado que su yerno le pedirá -cuando se encuentren en la mitad del desierto- que se quede con el pueblo y los ayude.
Jetro tiene la capacidad natural de darse cuenta de lo que está ocurriendo. Después de tener a Moisés como su ayudante durante cuarenta años, durante los cuales cuidó sus rebaños en el desierto, no impide de ninguna manera su retorno a Egipto (Éxo. 4:12). Cuando llega al campamento hebreo en el desierto, ve el trabajo sobrehumano al que está expuesto Moisés y le propone la organización del Concejo para que, mediante su estructura, apoyara al líder para administrar mejor al pueblo (Éxo. 18).
Jetro es la voz de los mayores, que hacemos bien en escuchar. Jetro es el consejo peinando canas que nos puede iluminar en una decisión importante que debemos tomar. No todos los mayores ni todas las canas merecen nuestra atención, pero cuando la experiencia viene acompañada de un estilo de vida de acuerdo con lo que Dios pide, no solo le tendríamos que dar nuestra atención, sino también nuestro respeto.
Normalmente, las circunstancias nos envuelven de tal manera que perdemos la perspectiva correcta de los acontecimientos, y tomamos decisiones movidos por una inmediatez que no siempre es una fortaleza válida para apoyarnos y lanzarnos hacia adelante. ¿Por qué no oír las palabras -a veces gastadas- que surgen de los labios de aquellos mayores que nos quieren bien? ¿Por qué no atesorar los consejos -a veces cansados- que surgen del corazón de aquellos mayores que nos conocen y nos ayudaron antes?
Tu padre, un tío, un profesor, un pastor… la lista es larga. Pero tú debes estar pensando en tu propio Jetro, que en aquellos momentos en los que la vida te colocó en alguna encrucijada te dio la dirección correcta.
Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2014
“365 Vidas”
Por: Milton Betancor
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