El destino último de la historia: el reino de Dios
En los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo, desmenuzara y consumirá a todos estos reinos, pero el permanecerá para siempre. Daniel 2:44.
Todos nos preguntamos sobre el destino final de nuestro planeta, de la humanidad y de nuestra propia vida. Concepciones antiguas (y no tanto) sobre la historia consideran que los fenómenos históricos suelen repetirse en un ciclo de nacimiento, surgimiento, auge, descomposición y caída de las civilizaciones para comenzar otro ciclo.
En la modernidad se creía que el hombre podría realizar la “utopía del progreso”, desterrando mediante su genio y su Voluntad los males de la humanidad. Pero las dos guerras mundiales del siglo XX han dado un golpe casi mortal a esta ilusión humanista, al demostrar la capacidad de autodestrucción que ha generado el avance científico, unido al fracaso moral del hombre para hacer “ciencia con conciencia” y hoy en la posmodernidad se habla del “fin de las utopías”, del “fin de la historia”.
Pero nuestro texto de reflexión para hoy nos anuncia cuál será el destino final de la historia humana y de nuestra microhistoria personal: la instauración del eterno reino de Dios en la segunda venida de Cristo.
Esta profecía de Daniel 2 es muy importante y fundacional porque da inicio a una serie de profecías que representan idénticos períodos históricos y poderes terrenales bajo distintos simbolismos que se despliegan en este capítulo, y en los capítulos 7 y 8 del mismo libro y que luego se retoman en el Apocalipsis en los capítulos l2,13 y l7.
Los sucesos convulsivos de nuestro mundo, el agotamiento ecológico del planeta y la capacidad armamentística del hombre para exterminar a la humanidad con solo “apretar un botón” nos hablan a gritos de que es tiempo de que Dios intervenga para evitar que nos autodestruyamos.
¿Quieres participar del reino glorioso de Dios? Entonces prepárate para habitar en él empezando a vivir ahora como esperas vivir en el ciclo.
Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2015
“El Tesoro Escondido”
Por: Pablo Claverie
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